Entendemos por meditación la práctica concreta necesaria para desarrollar en el ser humano una consciencia que abarque todos los niveles, incluyendo el espiritual, y que posibilite una existencia humana íntegra y plena. Es así como entendemos una educación verdaderamente integral.
La interiorización es un acercamiento experiencial a la propia interioridad, que armoniza el cuerpo, las emociones, los pensamientos y la mente, y desvela el espacio interior intuitivo y misterioso; una nueva manera de ser y estar en el mundo más liberadora y creativa; una mirada interior que abre nuevas perspectivas.
¿Qué objetivos nos planteamos cuando hablamos de interiorización?
- Crecer en consciencia: experimentar la receptividad consciente; la percepción del silencio, la paz, armonía… Crear una nueva manera más consciente y armónica de ser y estar.
- Armonizar el cuerpo, las emociones, los pensamientos y la mente, hasta despertar una nueva consciencia, el espíritu.
- Aprender a ver la realidad (trabajo, los problemas, las frustraciones, los éxitos …) de una forma más clara y ecuánime, de una forma más objetiva, sin distorsiones ni prejuicios.
- Mejorar la calidad de atención sostenida y la concentración en el trabajo.
- Desarrollar la capacidad de observación, de intuición, de interrogarse y de sorprenderse. Propiciar el gozo de la gratuidad.
- Experimentar el espacio interior (espíritu), intuitivo y misterioso, y abrirnos y explorar más y más niveles de la realidad.
Los ejercicios interiorización: metodología
La práctica de interiorización es un proceso y debe tener un ritmo que vaya sosegando las diferentes dimensiones que constituyen la persona:
- La dimensión orgánica corporal (sensaciones).
- La dimensión afectiva apetitiva (emociones, sentimientos, impulsos, deseos, voluntad).
- La dimensión cognitiva intelectual (imaginación, pensamiento, intuición).
En una práctica de interiorización, es aconsejable poder armonizar todos los niveles que configuran el ser humano, es decir, que el cuerpo, la mente y el corazón deben experimentar la armonía y un cierto equilibrio para poder llegar a posibilitar el retorno al hogar interior donde se gesta la identidad de la persona y sus opciones más firmes.
Por esta razón, es necesario desde el punto de vista metodológico elaborar sesiones donde se dé este proceso de redescubrimiento de nuestro mundo interior a través del trabajo corporal, la integración emocional y la apertura la trascendencia.
Uno de los tres elementos necesarios para todo ejercicio de interiorización es la atención. La atención sostenida es posible gracias a la respiración consciente. La respiración consciente es imprescindible para poder serenar las emociones y entrar en el silencio, y es básica para la integración equilibrada de los aspectos físicos, emocionales, mentales y espirituales que conforman nuestra personalidad.
La práctica de los ejercicios de atención plena potencia la receptividad y la emisividad consciente, haciendo posible la eliminación de aquellos aspectos mentales o emocionales que impiden la verdadera concentración. Podemos decir que ayudan a liberar los aspectos más egocéntricos desde el interior de la persona, haciendo así posible la realización del acto de voluntad libre.
Beneficios de la meditación
Entre los beneficios de la interiorización cabe destacar los siguientes:
- Genera en poco tiempo estados de tranquilidad, confianza y serenidad.
- Liberar las tensiones físicas y psíquicas; reduce el estrés.
- Facilita el control de la mente, las emociones y el cuerpo, mejorando las propias actuaciones.
- Potencia la capacidad de atención y de concentración; por ello facilita los procesos de aprendizaje.
- Desbloquea la creatividad, la sabiduría, la intuición interior.
- Potencia la inteligencia interpersonal: integración mente, cuerpo y espíritu.
- Aparece la riqueza de la propia vida interior.
- El silencio interior nos da un tono de serenidad, ecuanimidad y equilibrio.
- Potencia la salud física, emocional, mental, social y existencial-espiritual.
Por otro lado, según Carneroi la práctica continuada de la meditación produce numerosos efectos positivos en la mente y en el organismo de las personas.
En primer lugar, según esta autora, reduce el estrés puesto que disponemos del control para manejar cómo nos afecta lo que nos ocurre a nuestro alrededor, de mitigar sus posibles efectos adversos e, incluso, de favorecer estados de ánimo que nos ayuden a enfrentarnos a las dificultades diarias.
En segundo lugar, la práctica de la meditación diaria fomenta que nuestra mente se distraiga cada vez menos y que aumente nuestra capacidad de concentración. Esto a su vez contribuye a mejorar la memoria.
En tercer lugar, meditar te lleva a un estado mental donde aparece el pensamiento divergente, el cual genera nuevas ideas dando rienda suelta a la imaginación y a la creatividad.
En cuarto lugar, practicar de forma constante la meditación, nos ayuda a mantener una actitud positiva ante los vaivenes de la vida. Un estudio realizado por J. David Creswell, de la Sociedad Internacional de Psiconeurología, asegura que practicar meditación de forma constante puede aumentar el positivismo y fomentar la consciencia plena.
En quinto lugar, cuando uno medita de forma habitual, la calidad del sueño mejora considerablemente, porque se reduce la secreción de adrenalina y cortisol, hormonas relacionadas con el estrés.
Por último, numerosos estudios realizados demuestran que meditar durante unos minutos cada día puede ser el primer paso para aumentar el nivel de defensas del organismo.
Tipos de meditación
Cada persona debe escoger el tipo de meditación que le va mejor. Entre los diferentes tipos puede escoger entre:
- Budista
- Zen
- Trascendental
- Vipassana
- Mindfulness
- Con mantras
Bibliografía
Carnero, Eva. Los 7 beneficios de la meditación. Revista Mia